MISIONES SANTA BAKHITA VIII

La misión duró un total de cuatro semanas dónde nos concentramos principalmente en mejorar las condiciones de la cárcel de Ngandangika. Cuando llegamos 34 presos estaban recluidos en una única sala sin muebles y sin higiene de ningún tipo. Las condiciones infrahumanas y la constancia de que muchos de los condenados ni siquiera habían sido juzgados por el juez nos dieron la motivación y fuerzas  que necesitábamos.

Empezamos por una limpieza profunda que duró un par de días de los suelos, paredes y ventanas. Después de la primera pasada ya los presos nos agradecieron el esfuerzo: menos olor y menos bichos; y eso ya es mucho.  Después renovamos la pintura a la par que algunos voluntarios cavaron un enorme agujero que serviría de letrinas. Las letrinas serían nuestra aportación que permitiría una mejora radical de la higiene y reducción de enfermedades en la cárcel.

A pesar de haber evolucionado muchísimo desde el verano anterior, el hospital también necesitó un trabajo de limpieza. Que fue más profundo y cuidadoso en el paritorio y los quirófanos. Ordenamos en los almacenes todas las medicinas que traíamos donadas desde España e hicimos un inventario informatizado para que supiesen exactamente lo que tenían.

En la segunda semana de la misión se organizó un campamento para los jóvenes scouts de la zona a los que organizamos gracias a material donado un montón de juegos, manualidades y actividades. Se quedaban a dormir en el recinto del colegio y comían tres veces al día.

Las tardes del resto de semanas  las pasamos en el Orfanato de Bakhita contagiándonos de la felicidad y energía que allí se respira. Aprendiendo ciluba , cantando y jugando.

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